insights
Tratamiento de las causas subyacentes de la migraña crónica
Tiempo de lectura: 5 minutos
Hace poco, se ha clasificado a los trastornos de dolor de cabeza como la segunda causa principal mundial de los años vividos con una discapacidad,1 y se ha otorgado a la migraña reconocimiento mundial como uno de los factores que más contribuyen a la discapacidad en las personas menores de 50 años.2 En particular, se ha nombrado a la migraña crónica como el tipo más frecuente de dolor de cabeza diario atendido por los especialistas en cefaleas. La migraña crónica suele ocurrir como una progresión normal de la migraña episódica (menos de 15 días al mes con dolor de cabeza) y presenta su propia fisiología exclusiva.3 Aproximadamente el 2 % de la población mundial experimenta migraña crónica, y se observa una frecuencia mayor en las mujeres. Alrededor de un 3 % de quienes sufren migraña episódica progresan a crónica cada año.3
Los estudios clínicos, neurofisiológicos y de imágenes funcionales han sugerido que en el cerebro de los pacientes con migraña crónica pueden ocurrir alteraciones, en comparación con quienes sufren migraña episódica.3 Además, los pacientes con migraña crónica experimentan tasas más altas de comorbilidades tales como alteraciones del sueño, ansiedad y depresión, y trastornos gastrointestinales,3 todas las cuales pueden afectar en gran medida la calidad de vida.
Una dificultad del tratamiento y la prevención de la migraña es que la etiología subyacente no suele ser clara. Se han observado diversos desencadenantes de la migraña; sin embargo, si no se conoce la causa exacta de una persona, puede dificultar la selección de una intervención de tratamiento apropiada.
La migraña es un problema complejo relacionado con la interacción entre factores genéticos, ambientales y de estilo de vida. Y esta interacción puede manifestarse de diferente manera en cada paciente individual. Si bien la fisiopatología exacta de la migraña es incierta, se han sugerido algunas etiologías, tales como:
- Un estado general proinflamatorio y oxidativo.2
- Disfunción mitocondrial.4,5
- Desencadenantes frecuentes de la migraña, tales como estrés, alérgenos ambientales y sensibilidades o alérgenos alimentarios.6
La migraña se ha asociado con las enfermedades inflamatorias7 y se han identificado factores de riesgo modificables como la obesidad, las afecciones de dolor asociadas y los problemas del sueño.8 Las causas de la migraña pueden variar en cada paciente individual, lo que genera una dificultad para las consideraciones de tratamiento y la prevención.
Disfunción mitocondrial, desencadenantes y estrés oxidativo
Algunos estudios han informado una alteración del metabolismo mitocondrial en los pacientes con migraña,4,5,9 lo que sugiere que las mitocondrias podrían desempeñar un importante papel en el desarrollo y la progresión de la migraña. Además, un estudio basado en encuestas descubrió que la prevalencia del dolor de cabeza, incluida la migraña, era más alta en los pacientes que tenían una enfermedad mitocondrial que en la población general.10 Un estudio reciente sugiere, además, que las modificaciones epigenéticas de las mitocondrias en el ámbito de la migraña son un área que requiere investigación.4
El estrés oxidativo es un factor en el desarrollo de muchas enfermedades, incluido el desarrollo de la migraña.4,5 Hace poco, se realizó una revisión para determinar si los desencadenantes frecuentes de la migraña, como el estrés, los nitratos alimentarios y la deshidratación, generan un estrés oxidativo en el cerebro y en qué carácter.11 La revisión observó que algunos de estos desencadenantes no solo son capaces de generar estrés oxidativo, sino que, dependiendo del desencadenante, los mecanismos que causan estrés pueden incluir la disfunción mitocondrial.11
Trastornos GI
Se ha demostrado que diversos trastornos gastrointestinales (GI) funcionales suelen estar asociados con la migraña.12-15 Un estudio observacional de 2022 (n = 781 115 pacientes de la base de datos médica y de salud nacional de Corea del Sur) informó que la prevalencia de la migraña era casi tres veces superior en los pacientes con una o más enfermedades GI (CP ajustado = 3,46, IC: 3,30 a 3,63) y la prevalencia aumentaba con el número de enfermedades GI.16 Una revisión integral de la literatura de salud informó sobre determinadas enfermedades GI vinculadas a la migraña.17 Por ejemplo, un metanálisis de 2014 incluido de cinco estudios de control de casos reveló que la tasa de infección con H. pylori era del 45 % en los pacientes con migraña en comparación con una tasa de infección del 33 % en los grupos de control.17,18 En el caso del síndrome de colon irritable (SCI), en los estudios poblacionales, del 6 % al 32 % de los pacientes con SCI informaron dolores de cabeza de tipo migrañoso en comparación con entre un 2,2 % y un 18 % del grupo de control.17 Con relación a la enfermedad celíaca (EC), hubo una prevalencia de migraña informada del 21 % en el grupo de EC en comparación con un 6 % en el grupo de control.17 La revisión sugirió que es necesario continuar investigando para definir con claridad las vías de los trastornos GI y la migraña y para evaluar el impacto de la detección y las medidas terapéuticas que pueden llevar a mejorar los resultados y a una mejor calidad de vida para el paciente.17
No está claro cómo los trastornos GI pueden afectar la progresión de la migraña, pero se han sugerido la inflamación del aparato digestivo y la permeabilidad intestinal como factores influyentes.15 Según una revisión reciente de intervenciones nutricionales para la migraña, se sospecha que el microbioma intestinal desempeña una función en la evolución de la migraña a través del eje intestino-cerebro, aunque esta relación propuesta aún no se ha demostrado.19,20
Consideraciones de tratamiento y prevención
Los médicos deben considerar las intervenciones nutricionales para abordar la migraña crónica y ayudar a mejorar la calidad de vida de los pacientes. En particular, las intervenciones nutricionales con la inclusión de nutrientes específicos en la dieta pueden ayudar a promover la función mitocondrial. Estos son algunos ejemplos:
- La dieta cetogénica es una intervención terapéutica dirigida al metabolismo cerebral y se ha sugerido su relevancia en la prevención de la migraña, según algunos estudios de casos observacionales.21,22 Las dietas cetogénicas se han propuesto para promover la neuroprotección, mejorar la función mitocondrial, compensar el trastorno serotoninérgico, reducir los niveles del péptido relacionado con el gen de la calcitonina y eliminar la neuroinflamación.22
- Los nutrientes como la riboflavina, la coenzima Q10 y el magnesio también pueden ser beneficiosos en la prevención de la migraña.23 Un estudio sugirió que un suplemento que combina coenzima Q10, magnesio y matricaria (Tanacetum parthenium), una planta medicinal,24 puede ser beneficioso y seguro para la profilaxis de la migraña.25 Además, se ha demostrado que el folato, que está involucrado en la metilación del ADN, es beneficioso en la migraña; las investigaciones sugieren que la definición de una dieta que pueda apuntar a la metilación del ADN (por ejemplo, una dieta rica en folato) podría ofrecer una futura dirección a los estudios alimentarios relacionados con la migraña.22
Las metas primarias de los tratamientos para la migraña son aliviar el dolor, restaurar la función, reducir la frecuencia y evitar la progresión de migraña episódica a crónica.26 Desde una perspectiva de la medicina funcional, apoyar la función mitocondrial, evitar los posibles desencadenantes y participar a los pacientes en sus tratamientos son estrategias que pueden mejorar los resultados a largo plazo. La medicina funcional es un modelo que puede evaluar los factores genéticos, bioquímicos y de estilo de vida de un paciente individual para ayudar a crear un plan de tratamiento personalizado para el diagnóstico de su migraña crónica.
Referencias
- GBD 2016 Headache Collaborators. Global, regional and national burden of migraine and tension-type headache, 1990-2016: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2016. Lancet Neurol. 2018;17(11):954-976. doi:10.1016/S1474-4422(18)30322-3
- Razeghi Jahromi S, Ghorbank Z, Martelletti P, Lampl C, Togha M. Association of diet and headache. J Headache Pain. 2019;20(1):106. doi:10.1186/s10194-019-1057-1
- Aurora SK, Brin MF. Chronic migraine: an update on physiology, imaging, and the mechanism of action of two available pharmacologic therapies. Headache. 2017;57(1):109-125. doi:10.1111/head.12999
- Fila M, Pawlowska E, Blasiak J. Mitochondria in migraine pathophysiology – does epigenetics play a role? Arch Med Sci. 2019;15(4):944-956. doi:10.5114/aoms.2019.86061
- Khan J, Asoom LIA, Sunni AA, et al. Genetics, pathophysiology, diagnosis, treatment, management, and prevention of migraine. Biomed Pharmacother. 2021;139:111557. doi:1016/j.biopha.2021.111557
- Kelman L. The triggers or precipitants of the acute migraine attack. Cephalalgia. 2007;27(5):394-402. doi:10.1111/j.1468-2982.2007.01303.x
- Min C, Lim H, Lim JS, Sim S, Choi HG. Increased risk of migraine in patients with psoriasis: a longitudinal follow up study using a national sample cohort. Medicine (Baltimore). 2019;98(17):e15370. doi:10.1097/MD.0000000000015370
- Scher AI, Midgette LA, Lipton RB. Risk factors for headache chronification. Headache. 2008;48(1):16-25. doi:10.1111/j.1526-4610.2007.00970.x
- Sarchielli P, Tarducci R, Presciutti O, et al. Functional 1H-MRS findings in migraine patients with and without aura assessed interictally. Neuroimage. 2005;24(4):1025-1031. doi:10.1016/j.neuroimage.2004.11.005
- Kraya T, Deschauer M, Joshi PR, Zierz S, Gaul C. Prevalence of headache in patients with mitochondrial disease: a cross-sectional study. Headache. 2018;58(1):45-52. doi:10.1111/head.13219
- Borkum JM. Migraine triggers and oxidative stress: a narrative review and synthesis. Headache. 2016;56(1):12-35. doi:10.1111/head.12725
- Talafi Noghani M, Namdar H. Migraine associated with gastrointestinal disorders: a pathophysiological explanation. Med Hypotheses. 2019;125:90-93. doi:10.1016/j.mehy.2019.02.041
- Martami F, Ghorbani Z, Abolhasani M, et al. Comorbidity of gastrointestinal disorders, migraine, and tension-type headache: a cross sectional study in Iran. Neurol Sci. 2018;39(1):63-70. doi:10.1007/s10072-017-3141-0
- Lankarani KB, Akbari M, Tabrizi R. Association of gastrointestinal functional disorders and migraine headache: a population base study. Middle East J Dig Dis. 2017;9(3):139-145. doi:10.15171/mejdd.2017.64
- van Hemert S, Breedveld AC, Rovers JMP, et al. Migraine associated with gastrointestinal disorders: review of literature and clinical implications. Front Neurol. 2014;5:241. doi:10.3389/fneur.2014.00241
- Kim J, Lee S, Rhew K. Association between gastrointestinal diseases and migraine. Int J Environ Res Public Health. 2022;19(7):4018. doi:3390/ijerph19074018
- Cámara-Lemarroy CR, Rodriguez-Gutierrez R, Monreal-Robles R, Marfil-Rivera A. Gastrointestinal disorders associated with migraine: a comprehensive review. World J Gastroenterol. 2016;22(36):8149-8160. doi:10.3748/wjg.v22.i36.8149
- Su J, Zhou XY, Zhang GX. Association between Helicobacter pylori infection and migraine: a meta-analysis. World J Gastroenterol. 2014;20(40):14965-14972. doi:3748/wjg.v20.i40.14965
- Slavin M, Li HA, Frankenfeld C, Cheskin LJ. What is needed for evidence-based dietary recommendations for migraine: a call to action for nutrition and microbiome research. Headache. 2019;59(9):1566-1581. doi:10.1111/head.13658
- Arzani M, Jahromi SR, Ghorbani Z, et al. Gut-brain axis and migraine headache: a comprehensive review. J Headache Pain. 2020;21(1):15. doi:10.1186/s10194-020-1078-9
- Gross EC, Klement RJ, Schoenen J, D’Agostino DP, Fischer D. Potential protective mechanisms of ketone bodies in migraine prevention. Nutrients. 2019;11(4):E811. doi:10.3390/nu11040811
- Gazerani P. Migraine and diet. Nutrients. 2020;12(6):1658. doi:10.3390/nu12061658
- Silberstein SD. Preventive migraine treatment. Continuum. 2015;21(4 Headache):973-989. doi:10.1212/CON.0000000000000199
- Pareek A, Suthar M, Rathore GS, Bansal V. Feverfew (Tanacetum parthenium L.): a systematic review. Pharmacogn Rev. 2011;5(9):103-110. doi:10.4103/0973-7847.79105
- Guilbot A, Bangratz M, Abdellah SA, Lucas C. A combination of coenzyme Q10, feverfew and magnesium for migraine prophylaxis: a prospective observational study. BMC Complement Altern Med. 2017;17(1):433. doi:10.1186/s12906-017-1933-7
- Lipton RB, Silberstein SD. Episodic and chronic migraine headache: breaking down barriers to optimal treatment and prevention. Headache. 2015;55(Suppl 2):103-122. doi:10.1111/head.12505_2