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Las hormonas sexuales y el microbioma intestinal

Una pareja de adultos mayores haciendo yoga en el parque para aumentar su salud intestinal por medio de terapias de equilibrio hormonal.

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Los andrógenos, el estrógeno y la progesterona, fundamentales a lo largo del ciclo de vida, no solo estimulan el funcionamiento de los órganos reproductivos e influyen en el desarrollo de los sistemas corporales durante la pubertad, sino que estas hormonas esteroides gonadales también se sabe que son reguladoras de las respuestas inmunitarias e integrales para una salud óptima a medida que envejecemos, desde los huesos hasta el cerebro.1-4 ¿Qué hay de la conexión con el microbioma intestinal? Las investigaciones indican que las bacterias intestinales comensales metabolizan las hormonas esteroides a través de la estimulación de diferentes enzimas.5 A manera de ejemplo, los microbios intestinales median los procesos enzimáticos que desconjugan los metabolitos de estrógeno conjugado que habían sido marcados para excreción, pero luego son devueltos de forma activa a la circulación enteropática.6

Mientras se sigue explorando la relación hormonas-intestino, una base de evidencia creciente indica un dimorfismo sexual de la microbiota del intestino, con las hormonas sexuales que ayudan a dar forma a la composición de la microbiota y a influenciar el funcionamiento.7-9 ¿Cuál es la relación entre los niveles de hormonas sexuales en suero de un paciente y su panorama microbiano intestinal? Esta área de investigación en desarrollo se suma a la compleja relación entre las hormonas, la salud intestinal y la enfermedad crónica, así como otras consideraciones clínicas para intervenciones personalizadas para el equilibrio entre intestino y hormonas.

Interacciones entre la microbiota intestinal y las hormonas sexuales: impacto en la enfermedad crónica

Los dimorfismos sexuales en la composición de la microbiota intestinal y el rol potencial que esto tiene en el desarrollo y el tratamiento de la enfermedad crónica es un área de investigación en evolución.10,11 Mientras los estudios continúan investigando los impactos de la hormona esteroide en la composición y el funcionamiento del microbioma intestinal, los investigadores han sugerido una interacción potencialmente bidireccional entre hormonas sexuales y microbiota intestinal, en relación con cualquier patofisiología de enfermedad específicamente sexual. Por ejemplo, una revisión de 2022 resumió evidencia preclínica y clínica para dimorfismos sexuales en obesidad y sugirió que la interacción entre las hormonas sexuales sistémicas, los microbios intestinales y la respuesta inflamatoria intestinal desempeñan un papel en el desarrollo de una enfermedad compleja.12 Una revisión de 2023 investigó las diferencias sexuales conocidas observadas en el desarrollo y la prevalencia de otras enfermedades metabólicas, incluyendo el síndrome metabólico y la diabetes tipo 2.13 En este contexto, los investigadores también reportaron evidencia que resalta las diferencias sexuales observadas en la composición de la microbiota intestinal y también sugirieron que la interacción entre las hormonas esteroides y los microbios intestinales podría influir en las patologías de las enfermedades metabólicas.13

Ilustrando la evolución de este campo de investigación, un estudio observacional de 2022 (n=46 hombres; 18 con bajos niveles de testosterona; 28 con niveles normales) investigó la asociación entre los niveles de testosterona en hombres con diabetes tipo 2 y la composición de su microbiota intestinal.14 En general, los investigadores determinaron que los grupos con niveles bajos y normales de testosterona tenían diferencias estadísticamente significativas en la microbiota intestinal, y la insuficiencia en testosterona indicaba una disbiosis intestinal más grave manifestada como un aumento de patógenos oportunistas y bacterias gram-negativas que se vinculaban con peores biomarcadores de enfermedad.14

EJE INTESTINO-CEREBRO: LA INFLUENCIA DE LAS HORMONAS SEXUALES

Tanto estudios con seres humanos como con animales han indicado que las interacciones recíprocas entre factores específicos del sexo, como las hormonas esteroides gonadales y la microbiota intestinal, podrían influir en el eje intestino-cerebro y ser relevantes para comprender y tratar la salud mental, condiciones neuropsiquiátricas o neurodegenerativas.15,16 En este campo de investigación en expansión, un estudio retrospectivo interseccional de 2022 (n=1143 hombres y 3467 mujeres) exploró las asociaciones entre las especies de la microbiota intestinal y la expresión de síntomas psicológicos en cuatro áreas focalizadas que incluyeron depresión, neurocognición, estrés y ansiedad, sueño y fatiga, tanto para hombres como para mujeres.17 Los resultados indicaron que la composición microbiana era similar entre hombres y mujeres. Sin embargo, la asociación entre la microbiota intestinal y la gravedad de los síntomas psicológicos variaba dependiendo del sexo para los cuatro síntomas medidos, y las mujeres reportaron mayor gravedad.17

Influencia en la diversidad microbiana: niveles de testosterona y estrógeno

Medir la abundancia de bacterias intestinales comensales específicas en diferentes poblaciones, midiendo a la vez sus niveles de hormonas sexuales, ha sido una vía utilizada para investigar más los mecanismos moleculares en juego dentro de la relación bidireccional entre las hormonas sexuales y la microbiota intestinal. Una revisión sistemática de 2022 (n=13 estudios observacionales; 852 participantes en total; 91 % mujeres) exploró las interacciones y las asociaciones entre las hormonas esteroides gonadales y la diversidad de la microbiota intestinal en los seres humanos.18 Los participantes variaron desde hombres y mujeres (pre y posmenopáusicas) sanos hasta participantes que eran obesos o que tenían un diagnóstico de síndrome del ovario poliquístico (SOP), cáncer de mama, osteopenia u osteoporosis. Las hormonas sexuales medidas incluyeron testosterona y estrógeno. Una síntesis narrativa de los resultados del estudio incluyó lo siguiente:18

  • En mujeres sanas, los niveles más elevados de estrógeno se asociaron con una mayor abundancia de Bacteroidetes, una menor abundancia de Firmicutes y una mayor diversidad microbiana. (Nota: Una menor relación entre Firmicutes y Bacteroidetes ha sido vinculada con una homeostasis intestinal saludable y un menor IMC).
  • En hombres sanos, los mayores niveles de testosterona tuvieron una correlación positiva con Ruminococcus, Acinetobacter y una mayor diversidad microbiana. Los niveles de Ruminococcus, un simbionte clave en la conversión de azúcares complejos en nutrientes anfitriones, fueron los más sensibles a los niveles de testosterona.
  • En mujeres sanas, los niveles elevados de testosterona tuvieron correlación con Escherichia y varias especies de Shigella patogénicas, mientras que varias especies de Ruminococcus beneficiosas fueron asociadas negativamente con niveles elevados de testosterona.
  • Las mujeres con perfiles alterados de testosterona/estrógeno tuvieron una microbiota intestinal diferente a la de las mujeres sanas, con una correlación negativa entre los niveles de testosterona y la diversidad microbiana en mujeres con SOP.

Aunque los estudios incluidos en esta revisión respaldan la relación sexualmente dimórfica evidente entre la testosterona y el estrógeno y la diversidad en la microbiota intestinal, los investigadores analizaron la comprensión limitada de estos mecanismos moleculares que median el efecto de las hormonas sexuales en las poblaciones microbianas (y viceversa), especialmente para la testosterona.18

Aplicaciones clínicas e investigación continua

Hay estudios que continúan investigando la relación hormonas-intestino para determinar si la variabilidad hormonal según el sexo impulsa una variabilidad en la microbiota intestinal, si se produce predominantemente la relación opuesta, o si ambas direcciones afectan de igual manera el equilibrio del sistema. A medida que se amplía este campo de investigación,19,20 surgen más oportunidades de seguir personalizando las intervenciones, que no solo adaptan a medida las terapias de equilibrio hormonal para beneficiar la salud y la integridad intestinal, sino que también respaldan la composición y la diversidad microbiana del intestino que beneficiarán más a la salud hormonal esteroide gonadal de un paciente individual.

Hay ensayos clínicos que han empezado a evaluar los beneficios de intervenciones probióticas en el equilibrio de las hormonas sexuales. Una revisión marco de 2023 de 28 metaanálisis de ensayos controlados aleatorizados (ECA) evaluó las intervenciones nutricionales en mujeres con SOP.21 Algunas de estas intervenciones incluyeron el uso de probióticos o sinbióticos (una combinación de probióticos y prebióticos). Los resultados combinados de tres metaanálisis indicaron con certeza moderada que entre las mujeres con SOP, los suplementos de probióticos/sinbióticos ayudaron no solo a reducir la glucosa en plasma en ayunas, la insulina en ayunas y la resistencia a la insulina, sino también a reducir significativamente los niveles de testosterona totales en 0,14 ng/mL (CI del 95 %: 0,21 ng/mL a -0,08 ng/mL).21

El conocimiento de las investigaciones en desarrollo de la relación intestino/hormonas puede ayudar a focalizar las intervenciones clínicas al considerar el respaldo de la riqueza microbiana intestinal como un componente del tratamiento para el equilibrio de las hormonas sexuales y el respaldo de niveles óptimos de hormonas sexuales como un componente del tratamiento para un equilibrio intestinal saludable. Acompañe a los expertos en medicina funcional en el Módulo de Práctica Avanzada Hormona del IFM para ver más detalladamente las investigaciones más recientes sobre hormonas y aprender más acerca de cómo evaluar la disfunción hormonal y qué herramientas clínicas ayudan a identificar puntos de aprovechamiento para lograr intervenciones personalizadas eficaces.

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Referencias

Tenga en cuenta que las referencias sólo están disponibles en su idioma original para preservar la calidad y fidelidad de la investigación. Las traducciones de los ensayos no están disponibles.

  1. Shepherd R, Cheung AS, Pang K, Saffery R, Novakovic B. Sexual dimorphism in innate immunity: the role of sex hormones and epigenetics. Front Immunol. 2021;11:604000. doi:3389/fimmu.2020.604000
  2. Quatrini L, Ricci B, Ciancaglini C, Tumino N, Moretta L. Regulation of the immune system development by glucocorticoids and sex hormones. Front Immunol. 2021;12:672853. doi:3389/fimmu.2021.672853
  3. Szoeke C, Downie SJ, Parker AF, Phillips S. Sex hormones, vascular factors and cognition. Front Neuroendocrinol. 2021;62:100927. doi:1016/j.yfrne.2021.100927
  4. Emmanuelle NE, Marie-Cécile V, Florence T, et al. Critical role of estrogens on bone homeostasis in both male and female: from physiology to medical implications. Int J Mol Sci. 2021;22(4):1568. doi:3390/ijms22041568
  5. Hussain T, Murtaza G, Kalhoro DH, et al. Relationship between gut microbiota and host-metabolism: emphasis on hormones related to reproductive function. Anim Nutr. 2021;7(1):1-10. doi:1016/j.aninu.2020.11.005
  6. Parida S, Sharma D. The microbiome-estrogen connection and breast cancer risk. Cells. 2019;8(12):1642. doi:3390/cells8121642
  7. Wallis A, Butt H, Ball M, Lewis DP, Bruck D. Support for the microgenderome: associations in a human clinical population. Sci Rep. 2016;6:19171. doi:1038/srep19171
  8. Valeri F, Endres K. How biological sex of the host shapes its gut microbiota. Front Neuroendocrinol. 2021;61:100912. doi:1016/j.yfrne.2021.100912
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