La glándula tiroides desempeña un papel importante en la regulación de muchos procesos corporales, especialmente aquellos relacionados con el funcionamiento metabólico. Mantener un funcionamiento óptimo de la tiroides y niveles equilibrados de sus hormonas principales, la triiodotironina (T3) y la tiroxina (T4), es fundamental para la salud en general.
La disfunción del desempeño de la hormona tiroidea es bastante común y podría deberse a condiciones como la tiroriditis y el hipotiroidismo. En los EE. UU., se calcula que el hipotiroidismo afecta a aproximadamente un 12 % de los adultos, con una prevalencia potencialmente más alta en las poblaciones mayores.1 La afección autoinmunitaria conocida como tiroiditis de Hashimoto es el tipo más común de hipotiroidismo, que se produce con mayor frecuencia en mujeres, y tiene una prevalencia mundial estimada de entre un 7,5 % y un 11,4 %, dependiendo de la región geográfica y el grupo económico.2 En este trastorno, una respuesta inmunitaria desregulada dificulta la producción de hormonas tiroideas. Del lado opuesto de una tiroides con bajo funcionamiento se encuentra el hipertiroidismo, que tiene una prevalencia mundial estimada de entre un 0,2 % y un 2,5 %, siendo las mujeres más propensas a desarrollar la afección.3 La enfermedad de Graves es la causa más común de hipertiroidismo.3,4 En este trastorno autoinmunitario, los anticuerpos activan el receptor de la hormona que estimula la tiroides, e inducen una secreción de hormona tiroidea excesiva.
Una tiroides con bajo funcionamiento convencionalmente se trata tomando el medicamento de hormona tiroidea levotiroxina,5 mientras que las afecciones de hipertiroidismo como la enfermedad de Graves podrían tratarse convencionalmente con medicamentos antitiroideos, radioiodina o, posiblemente, cirugía.4 ¿Cómo puede el enfoque de la medicina funcional ayudar a restaurar el equilibrio de hormona tiroidea y promover la salud tiroidea? Entender los factores que podrían encontrarse en el origen de un desequilibrio es una buena forma de empezar.
Disruptores endocrinos, estrés e inflamación
Entre los diferentes factores que podrían afectar negativamente la salud tiroidea, los disruptores endocrinos pueden potencialmente tener un impacto importante en el funcionamiento de esta glándula.6,7 Una revisión sistemática de 2023 de 237 estudios observacionales investigó la asociación entre la exposición a químicos disruptores endocrinos (QDE) y el riesgo de neoplasias malignas relacionadas con el sistema endocrino.7 La revisión determinó que los grupos de QDE más tumorigénicos eran los ftalatos, los metales pesados, la materia particulada y los pesticidas, y que la tiroides era el órgano endocrino que presentaba el mayor riesgo de cáncer después de una exposición a QDE.7
Una investigación de 2021 sobre los QDE, que suelen encontrarse en los alimentos, los embalajes de los alimentos, el agua y los productos de cuidado personal, indicó que los QDE como el bisfenol A (BPA), los ftalatos y los compuestos retardantes de llama, incluidos los bifenilos policlorinados (BPC), pueden interferir en el funcionamiento de la glándula tiroides y el transporte de la hormona tiroidea a través de múltiples mecanismos.8 Específicamente en relación con los BPA, hay estudios in vitro e in vivo que reportan que el antagonismo con los receptores tiroideos, que influye en la expresión genética a nivel de la tiroides y la hipófisis, así como la interrupción de las proteínas que transportan la tiroides se encuentran entre los mecanismos que conducen a la disfunción tiroidea.9 Hay estudios observacionales que además han notado una mayor prevalencia de las enfermedades tiroideas autoinmunitarias en personas que viven en áreas contaminadas, cerca de plantas petroquímicas y en áreas contaminadas con pesticidas organoclorados o BPC.10
Otros factores que podrían afectar el equilibrio hormonal tiroideo incluyen el estrés y la inflamación crónica. Aunque los mecanismos no han sido totalmente identificados, las dificultades en la regulación del estrés oxidativo y la inflamación, por ejemplo, caracterizan la progresión del hipotiroidismo subclínico, que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, incluyendo la hipertensión.11,12 En lo que concierne específicamente a los cambios hormonales tiroideos debido al estrés psicológico, una revisión sistemática de 2020 de 10 estudios observacionales (n=674) examinó la asociación entre la función tiroidea y el trastorno por estrés postraumático (TEPT).13 El metaanálisis mostró mayores niveles de T3 libre en pacientes con TEPT relacionado con el combate en comparación con los controles sin diferencias en la hormona estimulante de la tiroides (SHOW), la T4 libre o la T4 total entre grupos, lo que sugiere que el TEPT podría contribuir a los cambios en la función tiroidea.13
Hipotiroidismo subclínico: la controversia y las dificultades de las pruebas
Los expertos continúan discrepando en sus recomendaciones en lo que respecta al tratamiento del hipotiroidismo subclínico14 y si administrar o no hormonas tiroideas exógenas. Con esta condición, los niveles de TSH se elevan (5-10 mIU/L), mientras que los niveles de hormona tiroidea circulante son normales.14 El límite superior de TSH para el tratamiento con levotiroxina ha sido debatido,15 así como la eficacia de la terapia convencional con hormona tiroidea en el hipotiroidismo leve.16
Algunas estrategias de la medicina funcional podrían ayudar con los problemas de un bajo funcionamiento de la tiroides utilizando una dieta de bajo riesgo y tratamientos relacionados con el estilo de vida que podrían mejorar la función tiroidea abordando la causa de origen. Además de una evaluación integral de tiroides, considerar las enfermedades específicas de un paciente individual, su estilo de vida, las comorbilidades y otros factores pertinentes ayuda a crear una visión general valiosa de la potencial dirección del tratamiento.
Equilibrar las hormonas tiroideas
La medicina funcional reconoce que la enfermedad no ocurre aislada, y la Matriz del IFM ayuda a los profesionales a examinar los sistemas corporales, los síntomas y los factores de riesgo asociados con una condición específica. La matriz, que se encuentra dentro del Kit de herramientas del IFM, ofrece un esquema para organizar los desequilibrios clínicos del paciente en los siguientes sistemas biológicos, llamados nodos: defensa y reparación, energía, biotransformación y eliminación, transporte, comunicación, integridad estructural y asimilación. Abordar las exposiciones intoxicantes, la inflamación sistémica y el estrés crónico son todos enfoques para mejorar la salud tiroidea.
Otro recurso del Kit de herramientas del IFM, llamado Factores que afectan la función tiroidea, puede ayudar al médico a identificar lo siguiente:
- Factores que inhiben la producción adecuada de hormonas tiroideas.
- Factores que incrementan la conversión de T4 a RT3.
- Factores que contribuyen a la adecuada producción de hormonas tiroideas.
- Factores que incrementan la conversión de T4 a T3.
- Factores que mejoran la sensibilidad celular a las hormonas tiroideas.
Nutrientes y salud intestinal
Las intervenciones personalizadas que se centran en la biotransformación, las dietas antiinflamatorias y los nutrientes específicos son consideraciones importantes para restaurar el equilibrio hormonal tiroideo. Una ingesta y disponibilidad adecuadas de micronutrientes como el yodo y el hierro son fundamentales para la síntesis de la hormona tiroidea, mientras que el selenio y el zinc son necesarios para la conversión de la T4 a T3,17,18 que se produce principalmente en el hígado, pero también en otros órganos como los intestinos y también intracelularmente.19 Además, los suplementos a base de extractos naturales como la ashwagandha han sido utilizados como tratamientos complementarios para resolver disfunciones tiroideas. Un estudio piloto de 2018 (n=50) comparó la eficacia y la seguridad del extracto de raíz de ashwagandha en pacientes con hipotiroidismo subclínico con un placebo.20 El grupo de tratamiento recibió 600 mg de extracto de raíz por día durante ocho semanas. Los resultados mostraron una mejora de la TSH y la T4 en suero al final del tratamiento, en comparación con el placebo, con pocos efectos adversos leves y temporales.20
La salud intestinal y un panorama microbiano equilibrado benefician a muchos procesos sistemáticos en el cuerpo, y se han reportado disbiosis intestinal y enfermedades intestinales autoinmunitarias simultáneamente con enfermedades tiroideas autoinmunitarias.18,21,22 Para explorar más la relación entre la salud del intestino y de la tiroides, un ensayo clínico de 2020 (n=60) investigó el efecto de la suplementación sinbiótica (que combina ingredientes prebióticos y probióticos) en la función tiroidea.23 Los pacientes con hipotiroidismo que tomaban levotiroxina recibieron 500 mg/días del sinbiótico o un placebo durante ocho semanas. Después del tratamiento, los resultados indicaron un efecto beneficioso, con una reducción significativa de las puntuaciones de concentración de TSH, dosis de levotiroxina y gravedad de la fatiga en el grupo que recibió sinbióticos en comparación con quienes recibieron placebo.23
Conclusión
La investigación continúa para revelar la complejidad de la interacción hormonal de la tiroides con otros procesos biológicos. En el Módulo de Práctica Avanzada Hormona del IFM, aprenda más acerca de cómo las intervenciones en el estilo de vida pueden afectar de manera positiva la intrincada red del sistema endocrino, acceda a herramientas como el Árbol de decisiones integral del IFM para respaldar la tiroides y escuche a expertos en medicina funcional analizar las investigaciones más recientes relacionadas con la tiroides.
Related Topics
MASLD & MASH: Emerging Therapeutics to Enhance Standard of Care
Hot Topic November 2024: New Study Suggests Foods Rich in Live Microbes Benefit Mortality & Aging
Nutrition, Social-Emotional Issues, and Children
REFERENCIAS
Tenga en cuenta que las referencias sólo están disponibles en su idioma original para preservar la calidad y fidelidad de la investigación. Las traducciones de los ensayos no están disponibles.
- Wyne KL, Nair L, Schneiderman CP, et al. Hypothyroidism prevalence in the United States: a retrospective study combining National Health and Nutrition Examination Survey and claims data, 2009-2019. J Endocr Soc. 2022;7(1):bvac172. doi:1210/jendso/bvac172
- Hu X, Chen Y, Shen Y, Tian R, Sheng Y, Que H. Global prevalence and epidemiological trends of Hashimoto’s thyroiditis in adults: a systematic review and meta-analysis. Front Public Health. 2022;10:1020709. doi:3389/fpubh.2022.1020709
- Lee SY, Pearce EN. Hyperthyroidism: a review. JAMA. 2023;330(15):1472-1483. doi:1001/jama.2023.19052
- Davies TF, Andersen S, Latif R, et al. Graves’ disease. Nat Rev Dis Primers. 2020;6(1):52. doi:1038/s41572-020-0184-y
- National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases. Hypothyroidism (underactive thyroid). National Institutes of Health. Reviewed March 2021. Accessed March 28, 2024. https://www.niddk.nih.gov/health-information/endocrine-diseases/hypothyroidism
- Yuan S, Du X, Liu H, et al. Association between bisphenol A exposure and thyroid dysfunction in adults: a systematic review and meta-analysis. Toxicol Ind Health. 2023;39(4):188-203. doi:1177/07482337231156284
- Macedo S, Teixeira E, Gaspar TB, et al. Endocrine-disrupting chemicals and endocrine neoplasia: a forty-year systematic review. Environ Res. 2023;218:114869. doi:1016/j.envres.2022.114869
- Sokal A, Jarmakiewicz-Czaja S, Tabarkiewicz J, Filip R. Dietary intake of endocrine disrupting substances presents in environment and their impact on thyroid function. Nutrients. 2021;13(3):867. doi:3390/nu13030867
- Gorini F, Bustaffa E, Coi A, Iervasi G, Bianchi F. Bisphenols as environmental triggers of thyroid dysfunction: clues and evidence. Int J Environ Res Public Health. 2020;17(8):2654. doi:3390/ijerph17082654
- Benvenga S, Elia G, Ragusa F, et al. Endocrine disruptors and thyroid autoimmunity. Best Pract Res Clin Endocrinol Metab. 2020;34(1):101377. doi:1016/j.beem.2020.101377
- Gluvic ZM, Obradovic MM, Sudar-Milovanovic EM, et al. Regulation of nitric oxide production in hypothyroidism. Biomed Pharmacother. 2020;124:109881. doi:1016/j.biopha.2020.109881
- Shimizu Y, Kawashiri SY, Noguchi Y, Nagata Y, Maeda T, Hayashida N. Anti-thyroid peroxidase antibody and subclinical hypothyroidism in relation to hypertension and thyroid cysts. PLoS One. 2020;15(10):e0240198. doi:1371/journal.pone.0240198
- Toloza FJK, Mao Y, Menon LP, et al. Association of thyroid function with posttraumatic stress disorder: a systematic review and meta-analysis. Endocr Pract. 2020;26(10):1173-1185. doi:4158/EP-2020-0104
- Calissendorff J, Falhammar H. To treat or not to treat subclinical hypothyroidism, what is the evidence? Medicina (Kaunas). 2020;56(1):40. doi:3390/medicina56010040
- Razvi S, Bhana S, Mrabeti S. Challenges in interpreting thyroid stimulating hormone results in the diagnosis of thyroid dysfunction. J Thyroid Res. 2019;2019:4106816. doi:1155/2019/4106816
- Stuber MJ, Moutzouri E, Feller M, et al. Effect of thyroid hormone therapy on fatigability in older adults with subclinical hypothyroidism: a nested study within a randomized placebo-controlled trial. J Gerontol A Biol Sci Med Sci. 2020;75(9):e89-e94. doi:1093/gerona/glaa123
- Rayman MP. Multiple nutritional factors and thyroid disease, with particular reference to autoimmune thyroid disease. Proc Nutr Soc. 2019;78(1):34-44. doi:1017/S0029665118001192
- Knezevic J, Starchl C, Tmava Berisha A, Amrein K. Thyroid-gut-axis: how does the microbiota influence thyroid function? Nutrients. 2020;12(6):1769. doi:3390/nu12061769
- Bianco AC, Dumitrescu A, Gereben B, et al. Paradigms of dynamic control of thyroid hormone signaling. Endocr Rev. 2019;40(4):1000-1047. doi:1210/er.2018-00275
- Sharma AK, Basu I, Singh S. Efficacy and safety of ashwagandha root extract in subclinical hypothyroid patients: a double-blind, randomized placebo-controlled trial. J Altern Complement Med. 2018;24(3):243-248. doi:1089/acm.2017.0183
- Gong B, Wang C, Meng F, et al. Association between gut microbiota and autoimmune thyroid disease: a systematic review and meta-analysis. Front Endocrinol (Lausanne). 2021;12:774362. doi:3389/fendo.2021.774362
- Cao J, Wang N, Luo Y, et al. A cause-effect relationship between Graves’ disease and the gut microbiome contributes to the thyroid-gut axis: a bidirectional two-sample Mendelian randomization study. Front Immunol. 2023;14:977587. doi:3389/fimmu.2023.977587
- Talebi S, Karimifar M, Heidari Z, Mohammadi H, Askari G. The effects of synbiotic supplementation on thyroid function and inflammation in hypothyroid patients: a randomized, double-blind, placebo-controlled trial. Complement Ther Med. 2020;48:102234. doi:1016/j.ctim.2019.102234